Sibarita en Paris...

Cuando decidí volver a Paris, después de 10 años de ausencia, sentí esa sensación que compartía con muchos de mis amigos: “Paris se ha estancado, se ha quedado caduco, se ha vuelto una ciudad para turistas fácilmente impresionables… Paris ha sufrido el síndrome Venecia”. Pero todo cambió cuando llegé allí. Tengo que admitir que tenía y aún tengo tras regresar de mi corta escapada debilidad por Paris: cruzar el Sena a primera hora de la mañana para tomar fotos y admirar la fachada del Louvre al amanecer, comer una crepe en un pequeño restaurante de barrio, echar una siestecita en los Jardines del Luxemburgo, darse un capricho comprando algo en una boutique legendaria. ¡Adoro los placeres que ofrece Paris! Es la combinación de todas esas pequeñas cosas la que realmente hace que la ciudad sea tan atractiva para sus residentes y para los visitantes dispuestos a explorar un poco más allá de los convencionalismos.

París lleva un tiempo despertando de un profundo sueño. Nuevos iconos, nuevos museos, nuevos hoteles… La ciudad está cambiando su forma de ser, incluso en el corazón de barrios históricos que parecían congelados en el tiempo. Si pensaba que los Campos Eliseos no eran más que un imán para los turistas, si sus recuerdos del distrito Palais Royal se pueden unir únicamente a los del Louvre, si no se puede imaginar visitando el distrito residencial séptimo y cree que Saint-Germain-des-Prés ha perdido su antiguo encanto, va a encontrarse con una agradable sorpresa…

He aquí mi recorrido sibarita por la ciudad de la luz. Los recorridos que aquí presento, contienen apartados de: alojamiento, restaurantes, bares de copas, discotecas, salones de té, cafés, tiendas y boutiques... lo neceasario para pasar inmerso un día en el Sibarita Paris.

Triángulo de Oro y Champs Élysées     Llamamos triángulo de oro, a la zona que forman la avenida Montaigne, George V y la calle François I. Además esta reseña se centra en los Champs-Élysées y la zona del octavo distrito.